Una alternativa que aparece como más simple y familiar para la adopción del SUD es un esquema de convertibilidad: Argentina podría reemplazar el peso por una moneda llamada SUD, atada a una canasta de monedas de la región (o simplemente podría atar la evolución del peso a la canasta SUD). Las reservas del BCRA respaldando la emisión podrían estar en las monedas componentes de la canasta. Tendría virtudes sobre la convertibilidad de los 90s o sobre la dolarización porque la cotización del SUD flucutaría de manera más acorde a los movimientos de tipo de cambio real que necesita el país.
Nos inclinamos por la adopción del SUD como unidad de cuenta, en lugar de en convertibilidad, por dos motivos:
(1) Una convertibilidad SUD requeriría reservas para respaldar toda la emisión, y Argentina está lejos de tenerlas. Una posibilidad podría ser una "convertibilidad asimétrica" o "convertibilidad en el margen" como la de 1899: el stock de pesos se convierte en SUD, y sólo podrían emitirse nuevos SUD contra reservas en divisas; pero si la demanda de base monetaria cayera por debajo de la base monetaria inicial, el SUD no tendría respaldo y se depreciaría contra el valor de convertibilidad. Sólo cuando el tipo de cambio estuviera en el valor de convertibilidad se emitirían o absorberían SUD según los movimientos de la demanda. Algo en esa línea propone Mariano Flores Vidal en esta nota. En principio es un esquema viable, aunque el riesgo es que una inflación por depreciación en en el escenario desfavorable obligaría a una costosa deflación cuando se recuperara la demanda por base monetaria y el SUD se aproximara a su valor de convertibilidad. El costo esperado de esa desinflación recesiva podría atentar contra la credibilidad del esquema.
(2) Incluso si existieran las reservas, la posibilidad de que problemas fiscales forzasen al Banco Central a emitir dinero (SUD) generaría un problema de credibilidad. Estos problemas fiscales potenciales incluyen situaciones de crisis en la deuda pública en moneda nacional, que pasarían a estar en moneda "dura" o convertible. En un país muy endeudado y con sus bonos cotizando a 30 centavos, la posibilidad de intervenciones del BCRA para evitar un colapso de la deuda pondría en jaque al sistema de convertibilidad porque generaría una corrida contra el SUD. También la posibilidad de prestamista de última instancia al sistema financiero estaría limitada en un esquema de convertibilidad. Con el SUD como unidad de cuenta, en cambio, todas esas situaciones de deamanda sobre recursos del BCRA sólo debilitarían al peso, pero preservarían la estabilidad de la unidad de cuenta. Los precios, y especialmente los salarios, estarían protegidos de la licuación por emisión monetaria.
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